Nadie le aguardaba en el aeropuerto. Tras su estancia en Londres, un joven australiano, por nombre Juan Mann, volvía a su hogar en Sydney. Ya en él reinstalado, debía afrontar el desolador panorama de padres recién divorciados, ruptura con la novia y abuela enferma. Aún con todo, tuvo el valor de escribir bien visible “Free hugs” (“Abrazos gratis”) en un cartón y salir a la calle a regalar abrazos. No sólo logró amortiguar el dolor de sus penas, sino que brindó unos instantes gratos a cuantos se dejaron achuchar entre sus brazos. El éxito de la experiencia le llevaría a repetirla cada jueves delante del mismo centro comercial. Sin embargo fue Internet lo que le catapultó a
viernes, marzo 30, 2007
ABRAZOS GRATIS: EL PODER DE UNO
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Crecimiento
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